Desde que hicimos nuestra primera inversión, hemos vivido muchas historias, por fortuna más positivas que negativas.
Hemos compartido vivencias increíbles con personas de una calidad humana excepcional que creyendo en sí mismos, con ilusión y motivación han alcanzado su sueño, son los Sastrecillos Valientes de este mundo.
Pero también hemos encontrado emprendedores con cara de Abuelita que se han convertido en Lobo y otros que querían vendernos el Traje mágico del Emperador.
Algunas inversiones nos han salido Rana porque sus modelos de negocio eran poco sostenibles, como las casitas de paja y de madera de Los Tres Cerditos, y también hemos vivido malas experiencias con proyectos en manos de emprendedores conformistas que cargaban sus responsabilidades en otros, igual que la Zorra y sus Uvas.
Pero queremos seguir coleccionando moralejas con negocios que entendamos y nos apasionen, y que estén planificados con cabeza y previsión, nada de cuentos de La Lechera. Proyectos en los que, más allá de la financiación, aportemos valor a los emprendedores con nuestra experiencia y conocimientos.
Somos grandes admiradores de los emprendedores Hormiga y huimos de los Cigarra.
